Dieta Mediterránea

Beneficios del aceite de oliva

Una cucharada (15ml), de aceite de oliva contiene 120 kcal. Esto significa que el aceite engorda, como todas las demás grasas. De allí que sea recomendable la ingestión de sólo 25 ml diarios. Sin embargo, nunca es demás repetir, el aceite es la única grasa extraída directamente de la fruta, sin aditivos químicos. Una grasa con sólo 8% de ácidos grasos saturados para cada 100 gr. Además de este atributo, el aceite es un jugo natural, un jugo natural compuesto por una fracción, pequeña aunque significativa, de vitaminas A y E, antioxidantes naturales, que hacen del mismo la grasa más indicada para el organismo, demostrando así las razones que lo colocan como parte fundamental de la Dieta Mediterránea.

Para que se tenga una idea más clara de los beneficios de la sustitución de las grasas y aceites por el aceite de oliva, en una reunión convocada por la Comisión Europea en el Consejo Nacional Italiano de Investigación, realizada en Roma, el 11 de abril de 1997, un grupo considerable de especialistas en nutrición, cardiología, lipidología y salud pública discutieron la importancia de la Dieta Mediterránea y su principal fuente de grasa, el aceite.

Como conclusión, se llegó al consenso de que la adopción de la Dieta Mediterránea como práctica alimentaria diaria, es un importante recurso en la prevención de los factores de riesgo cardiovasculares, principalmente la dislipidemia, la hipertensión arterial, la diabetes y la obesidad. Además de eso, una serie de investigaciones sugieren que la Dieta Mediterránea puede prevenir algunos tipos de cáncer.

En lo que se refiere a las enfermedades coronarias, numerosas investigaciones demuestran que las dietas ricas en hidratos de carbono y fibras, aliadas a grasas ricas en ácidos grasos monoinsaturados (aceite de oliva extra virgen), reduce los niveles de colesterol total y del colesterol LDL, sin alteración en los niveles de colesterol HDL, disminuyendo, consecuentemente, los riesgos de enfermedades coronarias.

Otros estudios demuestran que las poblaciones practicantes de la Dieta Mediterránea están menos predispuestas a tener una tensión arterial alta. Otros estudios sugieren que la baja ingestión de ácidos grasos saturados pueden reducir los riesgos de diabetes y otros también indican los beneficios del aceite de oliva en la reducción de los niveles de diabetes mellitus II.

Sin duda alguna, la práctica de la Dieta Mediterránea asociada a ejercicios físicos regulares previene y reduce la obesidad y todas las consecuencias nefastas derivadas de la misma.

Las investigaciones epidemiológicas comprueban que en donde se practica la Dieta Mediterránea hay una menor incidencia de cáncer, principalmente de colon, del aparato digestivo y respiratorio, además de algunos otros tipos de cáncer en otras áreas de menor incidencia.

Este mismo equipo de científicos, entre las varias recomendaciones efectuadas, solicita que los gobiernos, autoridades y todos los participantes de la cadena alimentaria, tales como agricultores, industriales, comerciantes, supermercadistas, médicos y hospitales tengan en la Dieta Mediterránea su base de recomendación alimentaria y su parámetro para la producción y comercialización de alimentos.

Aquí estamos refiriéndonos a la ética y honestidad en lo que se refiere a producir alimentos sanos, libres de insecticidas transgénicos, libres de componentes químicos nocivos. Que se comercialicen dentro de parámetros que signifique, antes de todo, vender productos honestos de forma honesta. No engañar o tratar de engañar al consumidor a través de subterfugios que, a través de rótulos mal definidos, nombres dudosos y productos adulterados puedan engañar al consumidor llevándolo a comprar aquello que él desconoce o que pueda perjudicarlo.