Dieta Mediterránea

La piràmide alimentaria

La pirámide alimentaria

En Creta, de forma general, la población se alimentaba diariamente de frutas secas, frutas frescas, legumbres, verduras, pastas integrales, granos integrales y panes integrales. Semanalmente, de pescados, aves y huevos y algún tipo de dulce y carnes rojas esporádicamente. Acompañando toda esta alimentación, una dosis de vino (los taninos son excelentes antioxidantes), y una única grasa: aceite de oliva.

Al conocerse los alimentos que hacen parte de la Dieta Mediterránea, parece que no hay más ninguna novedad. Y hasta nos admiramos de la calidad de la alimentación de Creta como si, desde los primordios, ya supiésemos de sus beneficios.

La importancia del trabajo de Ansel Keys reside en el hecho de que él inició un proceso de continua toma de conciencia pública, de la relación directa entre alimentación y disturbios cardiovasculares. Y es simple imaginar las controversias generadas por este trabajo a principios de los años 70, cuando cuestiones relacionadas con el peso, bajas calorías, colesterol y alimentación saludable no eran objeto de preocupación pública, no eran asunto habitual de los medios de comunicación. En aquella época, no se recomendaba perder peso para prevenir, pero sí una dieta alimentaria para curar. Sin embargo, mirando hacia atrás, nos parece que, hasta los años 70, ser gordo era sinónimo de salud y opulencia y, ciertamente, los gimnasios no pasaban de centros de halterofilia.